La Mano Negra y el Arnadí

Algunos de vosotros puede que sepan que antes de abrir el Glop fue un restaurante vegetariano. Pero ¿y anteriormente? Justo antes de alquilar la planta baja había sido almacén para guardar los productos que se vendían en una de las casetas que antiguamente había en el mercado de la Plaza Benimaclet. Por aquel entonces algunos de los mandamases del barrio, que ya poseían tierras e inmuebles, les echaron el ojo con la intención de comprarlo. Pero el antiguo dueño de la casa, hombre de izquierdas, prefirió alquilarlo a gente joven como nosotros. Si no hubiera sido por esto lo más seguro es que la casa habría desaparecido pues en la época que era y sin leyes de protección como las actuales lo normal es que hubieran acabado levantando una finca.

La casa estaba muy deteriorada y distribuida de otra manera. Donde ahora están las mesas eran habitaciones y donde se encuentra el billar era la cocina de la casa. El suelo era de terrazo antiguo, ladrillos de los que aún queda alguno en el almacén del bar. La antigüedad exacta de la casa no figura en ningún documento que nosotros hayamos visto pero si que sabemos que tiene más de 220 años.

Esta fue la segunda casa del barrio pues la primera es la que se sitúa detrás del Glop, en la calle Benicolet, que la reconoceréis por la torreta que tiene y desde la que sus habitantes podían ver el mar. En esos años todavía no estaba la iglesia. Como algunas de las casas de la época tenía la cambra para la cría de gusanos de seda. Pero si nos vamos más años hacia atrás la historia de la casa es más singular. Cuando antiguamente en el barrio existían tres casinos uno situado en el actual Patronato, otro donde más tarde estuvo un bar llamado El Comercial y el otro donde se encuentra el Glop que era el casino de La Mano Negra. De hecho según nos contó el antiguo dueño también se escondieron algunas pertenencias de La Mano Negra y cuando nos enseñó la cambra superior encontramos una vieja radio de galena y una bomba de mano inutilizada. Desde luego elegimos el mejor sitio de Benimaclet.

Una vez adquirido el local empezamos a reformarlo poco a poco. Demasiado poco a poco. Lo queríamos hacer nosotros con la ayuda de amigos. Pero aquello no avanzaba y las obras se eternizaban por lo que decidimos contratar a profesionales para acabar la reforma. Así después de más de un año de obras, que resultó ser un duro trabajo por las circunstancias, en enero de 1982 inauguramos el local: un restaurante vegetariano al que llamamos Arnadí. El nombre lo tomamos de un plato típico de la cocina tradicional valenciana que es un postre de calabaza. Por aquellos años todavía no estaba la fuente (veréis una foto en la anterior Historias del Glop) y una vez cerradas las paradas, que quedaban del mercado que se ponía todos los días, era una plaza de poco paso y llegada la noche incluso oscura. Desde el principio de la apertura del Arnadí la plaza fue ganando vida ya que como ocurre ahora había personas que la utilizaban como punto de encuentro y reunión, como una agrupación de bailes tradicionales valencianos que practicaban allí.

Pero el restaurante no duró mucho tiempo. Algunos podrían pensar que era lógico pues en aquellos años los vegetarianos no eran muy demandados por lo que era difícil que fueran bien como negocio si no estaban en un barrio con mayor afluencia de público. Esta no fue la razón pues mientras estuvo abierto teníamos una clientela habitual y abundante. En honor a la verdad hay que decir que la falta de experiencia e incluso algo de ingenuidad nos pasó factura.

De los platos que teníamos en la carta recordamos uno de ellos como el de mayor éxito (a pesar de su sencillez o precisamente por eso) que eran las croquetas de queso. Era una croqueta cuya besamel se hacía con harina integral y le añadíamos queso parmesano rallado a la sartén una vez apagado el fuego. Eran alrededor de 100 gramos de queso por medio litro de leche.